Conociendo a...
KAMELEBA
Desde San Luis, una banda de reggae viene creciendo con sus buenas vibras. Hablamos de Kameleba, grupo que cuenta con dos discos de estudio ("Kameleba" -2004- y "Sueño que va" -2007-, este último muy recomendable) y ya está produciendo el tercero, con Néstor Ramljak de Nonpalidece.
Solo Rock del País habló con Darío Alturria (voz) para conocer más a Kameleba.
- ¿Quiénes forman Kameleba?
Lionel Folch (bajo), Iván Alturria (guitarra), Jorge Reynoso (guitarra), Sergio Barroso (batería), Cristian Gerardi (teclado), Sergio Domínguez (saxo tenor) y yo. Luego se suman algunos músicos amigos de distintos puntos del país.
- ¿De dónde son y desde cuándo tocan?
Somos de Villa Mercedes, San Luis, y estamos tocando desde el 2000, aunque la banda se armó en 1999.
- ¿Por qué una banda de reggae?
Es una banda formada para tocar roots reggae. El bajista es el fundador de Kameleba, el venía de hacer música de todo tipo. Formó parte de muchos proyectos que encaró con mucha seriedad, ya había tocado ska, hasta había encarado las programaciones electrónicas para generar los primeros experimentos dub de la zona. Se compró un bajo y armó un riddim con su vecino baterista Sergio y salió a buscar deliberadamente a un cantante que entendiera el género. Así me convocan una noche en un bar. Estábamos zapando un poco de reggae acústico y se puso bueno, se armó una vibra buena y me encararon derecho. Yo tocaba con mi hermano y mis amigos para jugar solo los fines de semana. Además, vivía en Rio Cuarto, Córdoba, que queda a unos 120 kilómetros de Villa Mercedes y me era muy engorroso tener dos bandas, así que preferí seguir tocando con mis amigos. A partir de ahí, empezamos a estar cada vez más cerca las dos bandas, tocamos juntos un par de veces, nos empezamos a conocer y me sedujo el riddim que lograban. Yo escuchaba reggae de raíces y sabía de qué se trataba. Empecé a ir a los ensayos y a ver por donde estaban buscando, hasta que les piqué el boleto de que sus temas se parecían a unos de Mighty Diamonds. Tenían buenas influencias para esa época en mi ciudad, tocábamos covers de Black Uhuru y Gregory Isaacs. Tocando nos entendíamos muy bien, hasta que en el año 2000 Lionel recibe la invitación para tocar en un festival de reggae que duró tres días en Córdoba Capital y automáticamente me llamó por teléfono para que fuera el cantante de la banda de una vez. Así debutamos en Córdoba y flasheamos, fue una experiencia inolvidable para nosotros. Tocó Fidel que acababa de lanzar su debut como solista con el álbum “Cabeza Negra”, Resistencia Suburbana que estaba a punto de lanzar “Resistencia más IVA” y Karamelo Santo en su apogeo, y nosotros éramos hinchas de esa bandas, era un momento de ebullición del reggae argentino.
- ¿Se hace más difícil llegar desde una Provincia?
Hace 10 u 11 años no había casi músicos de reggae roots en San Luis, ni que hablar de armar una fiesta de reggae. No había público y con menos Internet que hoy en día había que salir a las ciudades grandes a ver shows en vivo, a conocer gente del palo, a hacer amigos e intercambiar música. Cuando empezamos a tocar mi hermano y yo vivíamos en Río Cuarto y teníamos que viajar todos los fines de semana para ensayar, el batero vivía en San Luis y todo se nos hacía muy engorroso. Había que empezar de cero en todo sentido. Eso fue genial por que nos hicimos casi una escuelita de reggae en la que aprendíamos y a su vez transferíamos información. Creo que a las bandas de todo el país se le hace difícil tener su oportunidad, mostrar lo que hacen y lo que son capaces de dar. Buenos Aires es una plaza muy importante a nivel sudamericano y también a nivel internacional, y estar presente allí es muy desgastante para las bandas como nosotros que estamos a más de 700 kilómetros. En nuestra ciudad solo tocamos dos o tres veces al año. En San Luis Capital un par más y uno o dos shows de verano en los principales centros turísticos de la provincia, como Potrero de los Funes y Merlo. Así, nos la pasamos arriba de un colectivo recorriendo el país para mostrar nuestra música, lo que a su vez fue una bendición por que hicimos por nosotros mismos una base en casi todo el país, donde nos espera la gente con mucho cariño y fidelidad y nos dan la oportunidad de girar todo el año siendo una banda independiente que se sostiene a partir de la autogestión.
- ¿Cómo es el circuito de San Luis y sus alrededores?
En San Luis hay muy pocos lugares habilitados parar hacer shows. Nosotros producimos shows de reggae durante el año y la gente responde, quiere escuchar reggae en vivo y sentir la vibración. Esto es el resultado de un proceso, de una escuela de reggae argentino que generó su público y su espacio. En la región tocamos bastante en localidades de la provincia de Córdoba, Mendoza y Santa Fe, en las que se esta tejiendo una red entre músicos de reggae del Interior que se articulan con productores, discotecas y lugares habilitados para concretar cada vez mas conciertos del género en los que se suben a las tablas bandas locales, provinciales y nacionales y se le están empezando a sumar algunos números internacionales. La movida se va robusteciendo.
- ¿Qué nos pueden contar de "Sueño que va"?
Que para nosotros era una necesidad, necesitábamos grabar un disco en serio. “Sueño que va” fue la arremetida de un grupo de gente amiga que estaba convencida de que ese puñado de canciones era capaz de darle a Kameleba el respeto y la confianza de la gente del género en Argentina y de sumar gente de cualquier tipo que se sintiera identificada con la palabra que viste a la másica.
- ¿Cómo fue la experiencia de grabarlo?
Fue un laburo arduo, nos la pasamos viajando para grabarlo. Había poco tiempo, sumado a los límites de presupuesto que tiene toda banda. Se hizo íntegramente en primeras tomas, no fuimos a componer al estudio. Nos conocimos con Goy Ogalde (Karamelo Santo), el productor, en medio del laburo. Fue un veranazo en La Boca, de esos que irritan de día, pero que piden cervecita amiga por las noches. Hubo de todo: reuniones con Goy tipo equipo de fútbol antes de una final, en la que el nos ponía contra las cuerdas y nos desafiaba como grupo con preguntas como “¿haber, y ahora que grabaron el disco y que hicieron todo este esfuerzo desde el interior, que sigue?”. Nos desafiaba: “a mi me gustan las bandas que ponen huevos”, nos decía, y terminábamos en el Parque Lezama reafirmando nuestros juramentos internos de banda. Estamos muy conformes con la placa y con la experiencia que nos reveló que ese ir y venir iba a ser parte de nuestra vida cotidiana en adelante, que el esfuerzo tiene su premio.
- ¿Ya piensan en un sucesor?
Sí, este año lanzamos nuestro tercer disco. Va a estar coproducido artísticamente por Nestor Ramljak (Nonpalidece) y tendrá algunos invitados sorpresa.
- ¿En qué sienten que progresaron en estos años y qué sienten que les falta?
En estos años desarrollamos nuestro público, ya casi no teloneamos a bandas y eso nos da autonomía. El público crece exponencialmente y nos permite girar por el país. Aprendimos a dar cuatro o cinco shows seguidos, de dos horas y cuarto cada uno, regulando la energía, ansiedad y el estrés, conservando el disfrute, la vitalidad y el ida y vuelta con la gente en vivo. Perdimos la frecuencia del ensayo, debido a que viajamos mucho, y para ensayar hay que viajar a Villa Mercedes, que es donde está el cuartel general. El ensayo de entre semana desgasta mucho, ya que nuestros shows y ensayos implican muchos kilómetros y horas de viaje.
- ¿Cómo definirían su estilo?
En primer lugar creo que somos una banda de la segunda generación en el reggae roots argentino, que ya es un movimiento legítimo. Tenemos las influencias del reggae nacional, que para mí es el mejor roots del reggae en castellano, por la cantidad y la calidad de las bandas que tiene. Kameleba es bastante impredecible dentro de sus discos y de las listas de sus shows, no tenemos una única pose, no estamos siempre románticos y enamorados, templados y meditativos, ni todo el tiempo combativos con los dientes apretados. Usamos las texturas de la música jamaiquina con libertad, podemos tocar roots, reggae lovers, ska tradicional o dance hall. El único filtro que usamos es el del mensaje, siempre es reggae conciente.
- ¿Qué significa Kameleba para ustedes?
Kameleba significa león en Diola, un dialecto tribal de la zona de Costa de Marfil. Ese León es el estandarte de todo un movimiento internacional que hoy por hoy va más allá del rastafari y del color de nuestra piel, un movimiento que con el tiempo desarrolló una tolerancia de hecho. En un primer momento hasta Bob Marley fue criticado por la comunidad rastafari ortodoxa de Jamaica por ser una estrella pop, un rocker que trabajaba de noche en Babylon y que hablaba del rey Selassie y que tocaba para universitarios blancos en Europa. Luego se dieron cuenta de que era embajador de un mensaje último, el de la emancipación de los pueblos y de las mentes oprimidas, un rasta mestizo hijo de un coronel blanco y de una campesina negra, que le recordaba al mundo que ya no hacía falta ser negro para ser esclavo. Un hibrido, una evolución, un predicador pop, con un mensaje de dignidad y de respeto a la creación acunado por el reggae de raíces, capaz de demostrar que rasta es una frecuencia, que puede sintonizarse en cualquier parte del mundo y que todos somos una potencial antena de cambio. Kameleba es nuestra antena con Zion.
- ¿Dónde se puede conseguir más info de la banda?
En nuestros portales: www.myspace.com/kameleba, www.facebook.com/kameleba y www.fotolog.com/kameleba_roots.