Cultura Rock
Por primera vez, Ciudad Cultural Konex albergó un evento bien rockero, y El Bordo fue el artífice de esta apertura.
Así, la banda de los hermanos Kurz, Miguel, Pablo y Leo pisó la Ciudad de Buenos Aires por primera vez en este 2009, con una fecha “como le gusta organizar a El Bordo”, como declaró Ale mientras le agradecía a todos los bordolinos por la gran noche.
Al aire libre, como en el patio del colegio. Casi en la mitad, un pequeño escenario que se extendía hacia arriba a lo largo de una inmensa escalera que tenía tres niveles: en el primero la batería, en el segundo los vientos y la percusión, y arriba de todo, una pantalla que acompañaría los temas con imágenes.
Alrededor de las 21, los músicos empezaron a descender de a uno por la gran escalera para ocupar sus puestos: abajo, Ale (guitarra y voz), Diego (guitarra) y Pablo (bajo); y unos escalones más arriba Migue (batería).
Tras una introducción de orquesta en donde se escuchó “The love of the three oranges” y en la pantalla se vieron imágenes de lobos cazando diferentes presas, El Bordo comenzó con su fiesta: “Soñando despierto”, “De tanto en tanto” y “A mi favor” fueron las primeras tres canciones que tocaron.
Como si los hubiesen elegidos estratégicamente, durante casi toda la noche sonó primero un tema de “Yacanto”, después uno de “En la vereda de enfrente” y, para completar el trío, uno de “Un grito en el viento”.
El sonido fue casi perfecto, solo falló cuando Ale Kurz usó su guitarra acústica: primero en “Guitarra y canción”, que homenajea a Korneta, creador de Los Gardelitos; y después en la nueva versión de “El silencio del caos infernal”. Igualmente, fue impecable el trabajo del equipo que rodea al grupo porteño de rock.
Mucha energía, diferentes climas y arriba del escenario un desenvolvimiento súper ajustado. Muy buena noche musical ofreció El Bordo.
“No quiero”, “Así”, “Donde voy”, “Puerto escondido (frente a la locura)”, “Silbando una ilusión”, “Te devoran”, “Guerreros del viento”, “Jazz barrial”, “Noche extraña” y “Tesoro”, también formaron parte de la lista de 26 temas.
Párrafo aparte se ganaron “Volando” -una de las mejores canciones de la banda de los hermanos Kurz-, “La banda”, “El grito” y “Chapita”, que hicieron revolucionar el campo lleno de bordolinos.
Con “El día no me avisó” y “La patada”, El Bordo se tomó un breve descanso para comenzar con los bises y la despedida.
“Volviendo el sol” y “El regreso” fueron los primeros dos temas elegidos para ir cerrando el gran recital, que como si recién empezara, vivió una fiesta debajo del campo con pogos y agites.
Luego, como frutilla del postre, “el Mono” Fabio de Kapanga bajó por las largas escaleras para sumar su voz y alegrar a todos en “Blues de Matanga”.
Sin quejas, todos sonrientes. El Bordo se despidió a todo trapo del Konex: “En la vereda” fue el anteúltimo tema de la noche y “Los perdidos”, canción que identifica a todos los bordolinos, coronó el recital.
Agradecimientos y aplausos. Una excelente fecha se vivió en Ciudad Cultural Konex, un nuevo escenario que se le puede abrir a las bandas para mostrar su música. Aunque muchos lo quieran callar, con El Bordo se demostró una vez más que el rock es cultura.