29.4.09

Entrevista con Pablo Guerra

Reviví la entrevista de la Revista Solo Rock del País de abril con Pablo Guerra que acaba de lanzar su disco solista "Guerra Suelto".

SUELTO COMO UN CABALLERO

En la puerta de Makena, donde el mes pasado realizó todos los martes un ciclo de ensayos abiertos con su banda, nos encontramos con Pablo Guerra para charlar de su vida musical. Ex guitarrista de Los Piojos y Los Caballeros de la Quema, un personaje de la vieja escuela del rock, con un curriculum musical muy rico.

Tras seis años de separarse de Los Caballeros -2002-, Pablo encaró su nuevo proyecto. Así grabó
“Guerra Suelto”, un disco fresco y con mucho ritmo, que el año pasado vio la luz.

- Siete años pasaron desde el último disco que grabaste con Los Caballeros ¿por qué tanto tiempo?
Después que nos separamos con Los Caballeros grabé otros discos no siendo yo el artista del mismo. Grabé con Celeste Carballo, Gabriela Torres, David Lebón y también me dediqué a tocar mucho con No Tengo, que fue la banda anterior a esta formación. No grabamos porque no tenía ese fin, pero tocamos en dos años más que muchas bandas en cinco. Una de los motivos por los que se disolvió No Tengo fue porque yo quería grabar y los otros no, porque no llevábamos mucha gente. Pero yo soy un chico de estudio, me gusta hacer canciones y ponerlas en un formato audible, y esa decisión de disolver la banda y armar un proyecto fue porque quería grabar canciones y las grabé.

- ¿Cómo fue tener “Guerra Suelto” en la mano y qué expectativas tenías?
Trato de no generar más expectativas, porque siempre pasa algo diferente. Por eso, el disco se llama “Suelto”. Prefiero que las cosas vayan sucediendo. La grabación me llenó de alegría porque lo hice de forma independiente y con muchos amigos. Está hecho con mucho amor y cariño, ya de ahí es un disco exitoso. Después si era lo que yo esperaba… pasó lo que pasa con los discos en esta época: antes era imposible grabar un disco si no tenías el apoyo de una discográfica y ahora cualquiera puede grabar un disco en la casa. Los discos ahora son para promocionar. En las radios suenan todo el tiempo bandas que tienen compañías atrás, las compañías tienen ese poder, pero en cualquier momento se les va a terminar. Ahora con Internet cualquiera puede promocionar su material. Hoy en día me siento como un pez fuera del agua, promocionando mi música por Internet, pero tengo página y estoy empezando a preocuparme por eso. Soy un bicho de la vieja escuela.

- ¿Qué es lo que más destacás del disco?
Que es fresco, que está bien grabado, bien tocado, con canciones simples sin pretensiones y que está tocado enserio, no hay ningún tipo de artilugio ni de afinador de voces ni hay cosas para tapar errores. ¡Lo que escuchás está tocado!

- ¿Por qué Guerra Suelto?
“Guerra” es mi apellido y es una palabra fuerte que me representa, de hecho es mi nombre. Y “suelto” porque me solté. Tenía ganas de grabar un disco, tenía ganas de hacer eso. Grabo discos desde los 20 años, ¿por qué no lo voy a hacer si es lo que me urge hacer? Y me solté.

Casi anecdótico es su paso por Los Piojos, pero no dejó de ser importante: fue quién sumó a Andrés Ciro Martínez. Muchos dicen que decidió dar un paso al costado cuando decidieron tornar el asunto más profesional.

Vaya paradoja, porque su guitarra lo llevó a Los Caballeros de la Quema, otro grupo que pisó fuerte en los ’90 y ganó su recuadro en la historia del rock argentino.

Vaya sorpresa nos llevamos cuando empezamos a charlar sobre su pasado. Pablo dejó la puerta más que abierta para ilusionarse con un regreso de Los Caballeros. Puerta que empezó a abrirse el año pasado en Niceto, cuando él, Iván Noble y Martín Mendez compartieron nuevamente escenario como invitados de Los Pérez García.

- Pasando por Los Piojos hasta ser solista, ¿cuáles son los puntos que más destacas en cada ciclo?
Con Los Piojos, cuando nos fuimos a Gesell a tocar. Éramos re pendejos. Yo entro después que se va un guitarrista que había y cantaba Diego Chávez. Andrés era amigo mío del barrio y tocaba la armónica, y lo llevé para que toque la armónica, pero quería que cante, sabía que el lugar de Andrés era ese. Nos fuimos a Gesell a buscar shows y los llamé a los chicos para decirles que se vengan, que ya teníamos. En realidad era mentira, pero esa noche fui a ver un lugar y me dijo “sí, venite a tocar todos los días”.

- ¿Y con Los Caballeros?
La pasábamos muy bien y hubo momentos muy importantes, como el primer disco (“Manos Vacías” -1993-. Antes habían grabado un EP en el ’91, “Primavera Negra”). También cuando íbamos a tocar a Gesell era un momento muy bueno por toda esa cosa de autogestión, llevábamos el sonido, la verdad que estaba bueno. Y “Perros, perros y perros” (tercer disco -1996-) también me gustó mucho, porque lo produjimos con Martín Mendez (el otro guitarrista). Lo habíamos grabado de una forma que ya no se graba: todos juntos en un habitación, todo está tocado en vivo. Muchas tomas, mucho laburo, me gustó mucho.

- ¿Qué es lo que más destacas hoy?
La experiencia y los músicos que me acompañan. Somos todos como viejos bucaneros, sabemos lo que estamos haciendo. Por ahí, no nos van a ver miles de adolescentes, porque en los recitales el noventa por ciento son adolescentes que van porque van todos los amigos, como que están yendo a ver algo que tienen que ir a ver y no por la música. No desmerezco la música del que llena estadios, pero hay un par de boludeses que suenan que no tienen sentido ni sustancia. Don Omar llenando el Luna Park a mí me preocupa un poco.

- ¿Se te cruzó juntarte con Los Caballeros?
El 28 de marzo nos juntamos en la casa de Mendez a tocar.

- ¿Y juntarse para un show?
Nos juntamos a tocar unos temas (risas). Para que funcione bien tienen que pasar varias cosas. Lo primero es que los que toquen tengan ganas y que no sea una chapucería. Y salir de gira y no tener material nuevo mucho no me gusta, está bueno salir y presentar temas nuevos.

- ¿Te gustaría volver a salir de gira con Los Caballeros?
Si se da, yo soy el primero en ir. Es más, desde que nos separamos, yo fui a tocar con todos. No tengo problema con ninguno, es más ninguno tiene problemas con otro. Es una cosa que cumplió un ciclo y capaz en un futuro haga otro ciclo. Se que hay mucha gente que no nos vio tocar y tiene ganas de vernos, pero tampoco sería bueno hacerlo por eso. Si yo me junto a tocar con alguien es porque hay una química, sino no tiene sentido.

Músico sin planes, una caja de sorpresas desde su talento y guitarra. Así llegábamos al fin de la charla con Pablo Guerra, como se definió él mismo, “un viejo bucanero, un músico de la vieja escuela”.

- Por último, un mensaje para los lectores de la revista.
Que sigan leyendo la revista que encima que es gratis (risas). No le presten atención a los mensajes de otra gente, busquen su propio mensaje.